PH/IGUALADA

El Cementerio de Igualada, obra de Enric Miralles y Carme Pinós, es mucho más que un lugar destinado al descanso eterno: es un manifiesto arquitectónico que convierte el paisaje en protagonista. Inaugurado en 1994, este proyecto trasciende la idea convencional de cementerio para convertirse en un recorrido poético donde la topografía y la arquitectura dialogan con el paso del tiempo y la memoria.

Lejos de monumentalismos, el conjunto se hunde en el terreno, como si quisiera desaparecer, fundiéndose con la tierra y las colinas que lo rodean. Los muros de hormigón visto, las rampas quebradas y los recorridos sinuosos sugieren un viaje interior, un descenso hacia lo íntimo y lo inevitable. Miralles concibió este lugar como un paisaje en sí mismo: fragmentos, cortes y vacíos que simbolizan la continuidad de la vida y la muerte, la ausencia y la permanencia.

El Cementerio de Igualada es un ejemplo de cómo la arquitectura puede emocionar desde la austeridad y la materia cruda. Cada rincón invita a la contemplación, a detenerse en silencio y a comprender que la memoria no es estática, sino un territorio que se construye y se transforma con quienes lo recorren.

  • Ubicación:

    Igualada, Cataluña - España